A medida que nos convertimos en un mundo más digital, el riesgo de ciberataques impulsados por IA también aumenta drásticamente. La inteligencia artificial y el aprendizaje automático no solo los utilizan los profesionales de la seguridad de TI, sino que también los implementan actores patrocinados por el estado, organizaciones cibernéticas delictivas e individuos.
Todo esto significa que las empresas y los gobiernos tendrán que evolucionar constantemente sus prácticas para mantenerse al día con la tecnología cambiante.